lunes, 3 de agosto de 2009

LA ESCUELA PÚBLICA


Tus dos pisos de madera

crujen bajo mis zapatos

fueron tan buenos mis ratos

saludando tu bandera.

En tí yo aprendí y si fuera

al tiempo de mi niñez

yo volvería otra vez

a sentarme en un pupitre

donde el fuego como un buitre

acabó con tu esbeltez.